Nunca voy a olvidar todas las aventuras que pasé en el mundo mágico de Azeroth.
Fueron años los que duré jugando, viendo mi personaje subir de nivel, explorando nuevos territorios: selvas, desiertos, bosques, montañas.
Literalmente me olvidaba de todos mis problemas y vivía otra vida. E inclusive llegué hacer "amigos", y nos conectábamos cotidianamente haciendo duelos, batallas, invasiones a ciudades y más.
Cada expansión que llegué a pagar, cada tarjeta de prepago que llegué a comprar, cada centavo que le invertí, valió la pena.
No hay comentarios:
Publicar un comentario